Todos los sitios con historia me atraen de por sí.
Si se encuentran en cierto estado de abandono, mejor. Los prefiero a aquellos
demasiado resguardados, con letreros y medidas protectoras, que sin duda
resultan un límite, un muro entre nosotros y la energía acumulada por los
siglos en ellos, si bien reconozco que en algunos casos es necesario, para
preservarlos del voraz vandalismo humano, esa criatura tan impredecible y dañina.
En muchos de estos lugares, la magia, la leyenda y el misterio, se conjugan con
un entorno natural sorprendente, que nos permite contactar de nuevo con nuestra
madre tierra, y cargar energías para el día a día. Y si es
noche de Walpurgis, mejor... Texto y fotos: Alex Guerra - Música: Adiemus, "The Eternal Knot"
Ya hacía un par de semanas no nos aventurábamos en alguna
excursión con Marta. En ocasiones, elegimos emprenderlas por la noche. En este
caso, preferimos llegar antes de oscurecer, para captar algunas instantáneas
del atardecer detrás de esa misteriosa estructura megalítica que se esconde en Vallgorguina: el Dolmen de la Pedra Gentil, un lugar mágico, rodeado de leyendas e
historias de brujas, duendes, gnomos, elfos, hadas y todo tipo de fenómenos
extraños e inexplicables. El tiempo cambió radicalmente hoy. Ya había llegado
la primavera, como es normal en estas fechas, acompañada de un sol complaciente
para realizar todo tipo de paseos. Pero la última semana, se diría que más bien
había sido otoñal, casi invernal, algo lúgubre, con lloviznas intermitentes,
que nos acompañaban en nuestras pequeños quehaceres cotidianos. Pero hoy, por
suerte, benevolente el tiempo nos acompañó, al compás de nuestros ánimos, mejor
dispuestos ante los primeros rayos de sol de la semana, y el entorno que nos
rodeaba: ese bosquecillo encantado de raíces sinuosas que buscan espacio donde
crecer y reptan por el suelo oscuro de rocas y pequeñas alimañas, que nos
espían y siguen curiosas nuestros pasos. Pero hay más, mucho más… o al menos
eso dicen. No las vimos. No vimos brujas,
ni hadas, ni duendes ni elfos ni gnomos… pero haberlos, “haylos”. Desde
luego, una extraña sensación de inquietud nos invade en cuanto nos internamos
en las profundidades de ese mundo aparte que desprende su magia sobre nosotras
casi sin darnos cuenta. Y es noche de Walpurgis… noche de brujas.
Leyendas y
brujas. Lamentablemente, poco podemos saber
de su historia y origen, pues su emplazamiento no es el original, pero la
belleza inquietante del entorno, la cercana presencia de una iglesia
abandonada, la posible existencia de cierto poder energético en la estructura,
y los cuentos y leyendas que la rodean, bien merecen un lugar especial en
nuestra lista de monumentos singulares y sitios interesantes e ineludibles a
visitar. Situado en el Parque Natural del Montnegre y el Corredor, el Dolmen de la Pedra Gentil era antaño,
según cuentan las leyendas, el punto de encuentro de las brujas de la comarca. Se dice que cada viernes se reunían en
torno al dolmen, cuyo nombre ya de por sí habla de su origen pagano, para
celebrar sus aquelarres, ascendiendo
sobre sus escobas voladoras, probablemente adorando a Satanás bajo la forma de un
macho cabrío muy peludo y de enormes cuernos, dando cuenta de sus fechorías, y bailando
a su alrededor. Si alguna de ellas no había cometido las suficientes, era
condenada a muerte, ahorcándola en el enclave, y cuando esto sucedía, ellas
provocaban una gran tormenta para impedir que las gentes pudieran ser testigos
de estos ritos. Cuando las tormentas llegaban a la costa del Maresme, los
pescadores exclamaban: “¡Qué tormenta, seguro que han ahorcado a otra bruja!”
Estas leyendas son recogidas por primera vez en 1887 por el historiador Josep María Pellicer i Pagès, de entre
los payeses de Mataró, cuando en las tardes bochornosas de verano, observaban
espantados cómo una nube oscura y espesa se levantaba desde el emplazamiento
del dolmen, anunciando tormenta. De hecho Vallgorguina
en teoría, significaría etimológicamente, “valle de brujas”, aunque sería más
correcto traducirlo como “valle de
ogresas”, ya que las “goges”, son las ninfas del agua, o hadas de las
fuentes y manantiales, o sea, ogresas. Ogresas que habitaban el bosque que circunda
este pueblo encantado, guardianas que aparecían y desaparecían mientras
exclamaban “¡pie sobre hoja!, ¡hoja sobre hoja!, ¡alta hoja… árbol, aire hacia
arriba!”. En el pasado, fue una de las zonas víctimas de las más frenéticas
cazas de brujas. Sobre el
origen del nombre Vallgorguina, me apuntan en un comentario que según el filólogo Joan Coromines, la Vall Gorgoria, o Vall
Gregoria, está referida ya en el siglo X. La evolución del topónimo habría sido Vallem Gregoriam, que daría Vallgorgúira y de lo que se originaría el
topónimo actual. Esto quiere decir, según Coromines, que el valle habría tomado por denominación el nombre de una persona, Gregorio, quien habría sido, probablemente, uno de los primeros residentes de las
tierras del valle los primeros años de la conquista cristiana.
Historia. El dolmen está formado por siete megalitos verticales (tres de ellos de más de una pieza, una
grande y una o dos pequeñas colocadas encima y/o abajo), dispuestos en forma
circular y que soportan un gran bloque megalítico horizontal (partido por la
mitad), unidos sin ningún tipo de argamasa. El conjunto posee una altura
aproximada de metro y medio. Algunas de sus piedras exhiben grafitis de índole mágico o satánico,
dejados allí por algún inescrupuloso miembro de grupos pseudo-místicos sin idea
alguna del verdadero valor de la historia del monumento. Poco se conoce
respecto a la historia de este
dolmen (“mesa grande de piedra”), sobre todo porque al no estar emplazado en su
lugar original, y desconocerse el lugar exacto de la primera construcción del
mismo, no ha sido excavado ni documentado arqueológicamente. Por lo mismo,
tampoco es seguro que su morfología actual sea la original, pues no hay
documentos fotográficos del momento del cambio de emplazamiento y restauración,
sin conocerse tampoco las circunstancias exactas de estos trabajos. Según la tradición,
fue por el siglo XIX que el dolmen, al constituir una molestia para un
agricultor de una finca cercana, fue trasladado hasta lo alto del montículo
donde hoy se encuentra, lo cual constituye un misterio en sí, ya que no sólo no
sabemos si la restauración fue hecha a imagen y semejanza del monumento
original (es una lástima), sino que además, no tenemos idea de cómo las piedras
fueron transportadas por un solo hombre en el siglo XIX desde la finca hasta
aquel montículo. Esto no constituye tarea fácil sin la ayuda de maquinaria. Más
tarde, a finales de siglo, la estructura fue nuevamente restaurada por Josep Pradell, propietario de la masía
de Can Pradell de la Serra. Sobre su
función, tampoco se sabe gran cosa, pero en general, este tipo de monumento
megalítico era utilizado en la antigüedad con fines funerarios y religiosos. Se
calcula que el de la Pedra Gentil podría tener entre 4.000 y 5.500 años de
antigüedad, si bien se observan ciertas diferencias en el grado de erosión y la
forma de las diferentes piezas, que podrían estar hablando de diferentes épocas.
Gnomos, duendes,
elfos y hadas. En la actualidad el dolmen, al ser
considerado portador de cierto poder energético, sigue siendo visitado por grupos ocultistas, esotéricos, de investigación parapsicológica, o adeptos a
diversas prácticas mágicas, incluidos los rituales satánicos. No obstante, durante el día, y por su cercanía
al pueblo, es muy frecuentado por familias
que sobre todo los domingos, acuden al lugar atraídos por su tranquilidad y la
belleza de su paisaje circundante, un bosquecillo
tupido de alcornoques, pinos y encinas, e incluso abedules, hayas, robles y
castaños, en menor medida, entre los que se levanta una preciosa iglesia románica que hoy en día se
encuentra en estado de abandono. Una curiosidad de su paisaje es que, al
tratarse de suelo pétreo, las raíces de los árboles, al no tener espacio entre
la tierra para desarrollarse, salen reptantes hacia el exterior a modo de
tentáculos, lo que da al suelo un aire bastante tenebroso, sobre todo al
anochecer. Escondite perfecto para los gnomos,
duendes, elfos y hadas, que también parecen habitar la zona, o al menos eso
cuentan las historias locales. Como parte de la historia mítica del pueblo, hay
quien asegura haber avistado alguna vez, una serie de diminutas pisadas no
pertenecientes a ningún animal conocido... Nosotras, no tuvimos la suerte de
encontrarnos con ninguno de estos seres. Animalillos sí que hay unos cuantos,
de difícil visibilidad, pero que se pueden intuir u oír al caminar, en el
silencio del anochecer: ardillas, lirones, arrendajos e incluso alguna culebra,
merodean por la zona y gustan de espiar al caminante. Insectos y aves de todas
clases se tornan especialmente bulliciosos a esas horas del atardecer… Volviendo
a los duendecillos del bosque, en la cultura tradicional de toda la comarca,
las figuras e iconos de estos seres mágicos están presentes, tanto en las casas
como en los establecimientos comerciales, quizá más como reclamo turístico que
como creencia, o incluso en algunos casos, mero coleccionismo. Pero alguna
razón habrá para este arraigo. Además, existen algunos testimonios que afirman
que en el lugar se han producido algunas abducciones,
aunque este hecho no está probado documentalmente. Por lo visto un habitante del
lugar llamado Xavier, cuenta haber entrado al interior de una cueva cerca del
dolmen, con unos extraños seres de color gris verdoso, en estado hipnótico,
pero lo cierto es que no constituye un testimonio de peso, aunque sirvió para
conceder al lugar, un factor más de extrañeza, si cabe.
Santa Eulàlia de
Tapioles. La iglesia románica de origen tal
vez templario, que forma un conjunto formado por la iglesia, una casa y un
cementerio, y de la cual se tiene conocimiento a partir del siglo IX (878 d.C.),
se encuentra actualmente en estado de abandono, a unos 200 metros del dolmen. No
nos quisimos perder una rápida visita a este lugar, algo lúgubre. Su parte
mejor conservada es un ábside del siglo XII, el resto, está bastante
deteriorado, a pesar de que en el año 1850, Josep Pradell reformó este edificio, otorgándole un aire barroco,
algo diferente al original. Las obras probablemente consistieron en construir
el cementerio, el campanario y el coronamiento de perfil sinuoso de la fachada
principal, que actualmente no se conserva. Así mismo decoró los exteriores
esgrafiados de motivos geométricos que se asemejan a los de la masía de Can
Pradell. La iglesia actualmente está, como dijimos, en un estado de completo
abandono, llena de pintadas con invocaciones
satánicas que según se cuenta, son parte de los ritos de esta índole que
allí se celebran, tanto como en el dolmen. Este elemento le resta encanto al
lugar, o quizá para algunos le podrá sumar, no lo sé; para mí es una pena ver
esas antiguas piedras que hablan de la historia y los mitos que les tocó vivir,
violentadas, invadidas por personas que sin escrúpulos ni conocimiento, dejan
impronta en su sabia superficie. De todas maneras, disfrutamos de la belleza y
el innegable encanto del sitio, esos viejos muros de piedra en medio de una
naturaleza en estado salvaje, el contraste entre el gris y el verde y marrón
resaltados por los días de lluvia que precedieron nuestra visita. Realmente, un
espectáculo.
La noche de
Walpurgis. La tradición, probablemente vikinga (en que el pueblo adoraba e
invocaba a los dioses de la fertilidad) y difundida por los celtas, mezclándose ambas, señala la
noche del 30 de abril al 1 de mayo como de transición del invierno a la
primavera, siendo para los celtas la festividad de Beltane, en honor a Belenos, dios del fuego. Esta noche,
antiguamente (y en algunos lugares actualmente, sin duda), se celebraba
encendiendo hogueras para renovar con el humo a los pueblos y a sus habitantes.
La
festividad, de origen pagano, fue adoptada en algunos puntos para usos de
brujería y, como ha solido pasar, fue absorbida por la llegada del
cristianismo, atribuyéndole vagos orígenes relacionados con un supuesto
cumpleaños de Satanás.
En esta época de transición equinoccial era costumbre
que se juntasen las brujas y hombres lobos, según las leyendas, en las
inmediaciones de la sierra del Harz
(en concreto en su cima más alta, el Blocksberg) para sus reuniones.
En la
antigua Roma, el mes de mayo estaba
consagrado a los antepasados (maiores).
Era
un mes en que en toda Europa y Asia se creía que los aparecidos hacían sus
incursiones entre los vivos.
Durante la Antigüedad y la Edad Media, se perpetúa
una gran prohibición: casarse en mayo, porque durante ese período se corre el
riesgo de contraer matrimonio con una aparecida o con una mujer embrujada del
Otro Mundo.
Con el devenir de los tiempos, la fecha aproximada de la
celebración católica de la canonización de la Santa Walpurgis (Valborgo Walburga) se trasladó del 25 de febrero
(fecha de su nacimiento) al 1 de mayo, denominándose Noche de Walpurgis por coincidir la fecha de celebración con el día
de Santa Walpurgis en el calendario sueco debido a que el 1 de mayo de 870 d.,
de JC. fueron trasladadas sus reliquias.
Absorbiendo la energía del dolmen y su maravilloso entorno |
Esperamos que os haya gustado. Os animamos a visitar el sitio. Imperdible!!! |
El origen del nombre VallgorguinaLa Vall Gorgoria o Vall Gregoria está referida ya en el siglo X. La evolución del topónimo habría sido: Vallem Gregoriam que daría Vallgorgúira y de esta forma se originaría el topónimo actual, Vallgorguina .Esto quiere decir según el filólogo Joan Coromines que el valle habría tomado por denominación el nombre de una persona, Gregorio, el cual habría sido, probablemente, uno de los primeros residentes de las tierras del valle los primeros años de la conquista cristiana.
ResponderEliminarPor otro lado, las leyendas de brujas en el entorno viene dado a raíz de los procesos de la mal llamada brujería ocurridos en el Vallés y parte del Maresme durante el siglo XVI y XVII.
Hola Juankar, gracias por tan preciso apunte. Me he tomado la libertad de añadirlo en el texto, pues me parece sumamente interesante. Saludos.
EliminarHe conocido personas, dedicadas al estudio de lo paranormal y esotérico que han estado allí. Guardan sus fotos como una inmortalización de un lugar que, por su leyenda, atrae a mucha gente para sentir esa fuerza y energía que de por sí desprende el lugar. Gracias por las fotos. Son muy buenas. Y para otra vez, me llamáis que me habría unido encantada a vuestra visita en esa noche "especial" de los akelarres donde los duendes y las hadas flotan invisibles entre las ramas de los árboles al atardecer. Seguro que estaban pero hemos de ser más esperituales y etéreos para que podamos ni tan solo percibirlos. Valió la pena la aventura.
ResponderEliminarHola Maribel, sí, es cierto que el lugar es especial. Tal vez haya esos pequeños seres por ahí, desde luego la energía que desprende es diferente y llena de positividad (al menos el dolmen, no tanto la ermita...). Un besito, Maribel, para la próxima te llamo, pero no vamos muy a menudo...
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