17 de junio de 2014

Los últimos charrúas: Vaimacá Perú, Senaqué, Tacuabé, y Guyunusa (Uruguay)

Cuando cursaba la educación primaria en Montevideo, los libros de historia decían que los charrúas se habían extinguido, que no había descendientes. Sin embargo, los últimos decenios algunos investigadores afirman lo contrario, e incluso se abrió una comisión, el Consejo de la Nación Charrúa (CANACHA) para realizar un seguimiento y visibilizar el tema indígena en el país y lograr el incremento de personas que se reconozcan charrúas, y está integrado por diez organizaciones y comunidades de diferentes puntos del Uruguay. En el siglo XIX todavía quedaban charrúas: el 25 de febrero de 1833 eran trasladados contra su voluntad a Francia cuatro orientales de la nación charrúa: Vaimacá Perú, Senaqué, Tacuabé, y Guyunusa. El interés científico, si es que en algún momento existió, duró muy poco y rápidamente los charrúas fueron cedidos por Francois de Curel, el responsable de su traslado forzoso, a un circo para su exhibición, y donde fueron tratados como si fueran animales, obligados a comer carne cruda y a vivir en forma indigna, sometidos por la fuerza. Estos integrantes de un pueblo con activa participación en las guerras de la independencia, dentro del Ejército Artiguista y la Cruzada Libertadora, y para quienes la vida era concebida sólo en libertad y en su tierra, en la inmensa llanura o en la espesura del monte criollo, no tuvieron muchas alternativas para defender su dignidad.  Abandonados a su suerte, sin nadie que se interesara por ellos, estos guerreros orientales de la Patria Vieja comenzaron su última batalla. Senaqué murió el 27 de julio de 1833, luego de cuatro días de agonía. El diagnóstico médico estableció fiebre de consumición originada por la desesperación, el aburrimiento y especialmente la nostalgia. A fines de 1833 Vaimacá, el cacique, seguía la suerte de Senaqué y en setiembre de 1833, Guyunusa daba a luz a una hija de Tacuabé. Todo hace suponer que el nacimiento de la hija llevó a los padres a aferrarse a la vida. Sin embargo la miseria, las privaciones y los malos tratos los acorralaban, y la madre ingresaba enferma el 22 de julio de 1834 al hotel Dieu de Lyon, falleciendo a las pocas horas. La situación era escandalosa y frente a las continuas denuncias, la policía francesa se decidía a intervenir… cuando ya era demasiado tarde. En la ciudad de Lyon, Tacuabé logra huir con su hija dejando sin pistas a la policía. Según una investigación periodística publicada por el diario El Día el 9 de octubre de 1938, existiría entonces una familia francesa de Lyon que se dice descendiente de los Charrúas, no habiendo en la actualidad, sin embargo, ninguna comprobación verídica de este hecho. No es un asunto más, ni un homenaje cualquiera. Se trata del reconocimiento a un componente étnico muy importante del Uruguay, que tal vez, en algún lugar de Francia, aún sobrevive, como lo hace también (aunque en el pasado no fue un hecho reconocido) dentro del país.

2 comentarios:

  1. Esto hay que darlo a conocer URGENTE. Felicitaciones!!!! (Ignoraba que habías cursado en Montevideo. Sos rioplatense che).

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, Marc, nunca he ocultado que a pesar de haber nacido en Barcelona, mis padres son uruguayos, y de pequeña pasé varios años en Montevideo. Lo de los charrúas es increíble, es cierto que cuando yo estudiaba el tema era completamente ignorado. Por suerte desde hace algunos años hay un intento de rescate de esta información, y de revalorización de las raíces y su pervivencia en la población actual.

      Eliminar