13 de abril de 2014

¿Pirámide en Llanaganati? “Ciudad de los Gigantes” y tesoro de Atahualpa (Ecuador)


Texto: Alex Guerra Terra. Fotos: Aerial and Digital Archaeology and Preservation Research Group. El Parque Nacional de Llanaganates es un área protegida de Ecuador, situada entre las provincias de Cotopaxi, Napo, Pastaza y Tungurahua, de 2.197 km2. El nombre de “llanganates” proviene de la voz quechua “llanganati” (cerro hermoso), tal vez por el asombro de los primeros habitantes ante la sublime visión de sus cumbres. El lugar esconde en un recóndito rincón de la selva amazónica, una extraordinaria leyenda que lucha por la supremacía con la historia el lugar, conocido como la más importante y antigua vía de comunicación y comercio entre los primeros habitantes de las hoyas interandinas y la selva amazónica, hecho perfectamente demostrado por evidencias arqueológicas. La inaccesibilidad de los helados montes, selvas y pantanos del sitio, y las leyendas que lo rodean, lo han calificado como uno de los más misteriosos y desconocidos de Ecuador.

El tesoro del Inca Atahualpa. Las leyendas locales, transmitidas de generación en generación, que hablan del tesoro del Inca Atahualpa escondido en las montañas de Llanganates y de antiguos seres gigantes, fueron con el tiempo olvidadas en el silencio de la inhóspita extensión selvática. Pero todo comenzó a cobrar vida nuevamente, cuando el general indígena Rumiñahui procedió a esconder un enorme tesoro en la época de la conquista española. Cuando Francisco Pizarro llegó a Cajamarca, fue bien recibido por el Inca Atahualpa, y comentaba en sus crónicas: “Esta es la tierra principal de este contorno, puesta al pie de una montaña, en un valle rodeado de colinas, cerca de dos bellísimos ríos, cada uno con su puente… hay cerca de dos mil casas, bien distribuidas por dentro y con bellísimas fuentes. En medio está la plaza, y a uno de los lados, el Palacio del señor Atahualpa (Palacio de los Baños), mucho mayor que todos las otras edificaciones, con jardines y magníficos portales, donde él está todo el día. Sus habitaciones son todas pintadas de diversos colores, y entre otras, una del color rojo como el bermellón. En uno de los pórticos hay dos grandes fuentes, adornadas con planchas de oro; y en una de ellas entra por un cañón el agua hirviendo y por otro la fría, conducidas ambas de la vecina montaña”. Obviamente, lo que a Pizarro más le sorprendió, fue la fina hechura en oro de vasos y otros utensilios con los que la corte del Inca le agasajaba, creyéndole descendiente del dios Viracocha. Por ello, en 1532 Atahualpa era secuestrado en Cajamarca, ofreciendo rápidamente a sus captores españoles una gran cantidad de oro a cambio de su libertad. Fue el general Rumiñahui quien se encargó de recopilar y administrar el oro, con el que pagó parte del rescate, pero al enterarse de la muerte de Atahualpa, escondió el resto de lo recaudado en el lugar más inhóspito y aislado que encontró: Llanganates.
El Derrotero de Valverde. Cuando los españoles ya estaban asentados en el Reino de Quito, uno de los soldados llamado Valverde se enamoró de una princesa indígena, hija de un cacique de Píllaro, quien comenzó a poseer una enorme cantidad de riquezas. Como se había ganado la confianza de su suegro, un día éste decidió llevarle a ver dónde estaban ocultas las riquezas que le proporcionaba. Años más tarde, en su lecho de muerte, el soldado redactó las indicaciones  de cómo encontrar el tesoro, lo que se convertiría en el principal documento, conocido hoy en día como “Derrotero de Valverde”, y que hasta hoy utilizan los exploradores en la búsqueda del tesoro de Atahualpa. Sin embargo, el escrito sobre el que trabajan no es más que una copia traducida del inglés, del siglo XVII, probablemente modificada o tergiversada. A pesar de ello, la leyenda es verosímil, ya que está basada en hechos reales (el secuestro de Atahualpa y la recopilación de utensilios de oro para su rescate, luego escondidos, se refiere en las crónicas). Dicen los moradores de Llanaganati, que es en una de las cumbres más altas, a 4.571 msnm, donde éste se esconde, y también comentan, que suelen divisarse extraños objetos no identificados en sus cielos. Cada país latinoamericano tiene su tesoro o su ciudad perdida. El Dorado en Colombia, Paititi en Perú… y todos encierran emocionantes historias de peligrosas expediciones y misteriosas desapariciones, curiosamente muchas veces mezcladas con observaciones de objetos no identificados. Numerosas expediciones con origen en San José de Poaló han querido encontrar el tesoro y la ciudad perdida de Llanganati, llegando a las inmediaciones tras varios días de peligrosas travesías de pesadilla entre las constantes lluvias, nieblas espesas y heladas temperaturas. Sin embargo ni estadounidenses, ni franceses, ni alemanes, ni italianos, ni ecuatorianos que dedicaron sus vidas a ello, incluso hasta perderla, lograron su objetivo, y los trágicos accidentes y misteriosas desapariciones de muchos de los exploradores, acrecentó aún más el halo de leyenda del sitio.
¿Una pirámide en Llanganati? En los últimos meses se daba a conocer que un equipo de exploradores había descubierto en esta remota región de la selva amazónica ecuatoriana, desconocida, decían, incluso para los residentes locales, un antiguo complejo con una “pirámide”. Las noticias comentaban que los exploradores creían que se trataba de la “Ciudad Perdida de los Gigantes”, es decir, una “estructura piramidal” de unos 80 metros cuadrados de “base” y 80 metros de altura, compuesta por grandes bloques de piedra tallada en diversas formas, cada uno de los cuales pesaba alrededor de dos toneladas. Estos bloques compondrían las paredes de la estructura, que acaba en la parte superior con una zona plana. Aerial and Digital Arcaheology and Preservation Research Group. Pero lo cierto es que ya otras expediciones habían llegado hasta la estructura, y que no existe tal “pirámide” en el sitio, sino una estructura de bloques probablemente realizados por el hombre  (de momento no está determinado), compuesta de una sola cara, y no cuatro. Localizado en una colina, este muro tiene una declinación de 60 grados (siguiendo la del terreno natural). No obstante, gracias al re-descubrimiento del lugar, un equipo de investigadores realizó una expedición de reconocimiento y halló una extraña cavidad en una de las laderas de la curiosa estructura. El equipo, liderado por Benoit Duverneuil, director del “Aerial and Digital Arcaheology and Preservation Research Group”, comenta que decidieron explorar el lugar donde decían haber encontrado una pirámide, ya que coincide con los textos antiguos que mencionan los lugares donde podría estar escondido tanto el tesoro de Atahualpa como su momia: el Cerro Hermoso, donde la mayoría de expedicionarios han estado buscando por décadas, siguiendo las pistas del famoso “Derrotero de Valverde”. Cuando los miembros del equipo realizaron sus observaciones, pudieron constatar que la estructura de la que hablaban las noticias no era tal, pero también observaron que la mayoría de los bloques sí pueden ser hechos por el hombre, y algo que podría ser una pista importante para encontrar el tan buscado tesoro oculto: la caída de agua que se halla localizada a la izquierda de la estructura, parece haber sido reencauzada.
La caída de agua: pieza clave. La parte frontal del sitio, usada actualmente como camino, parece haber sido expuesta al paso del agua en el pasado, a juzgar por la erosión que presenta. Varios signos como este, hacen especular al equipo que la caída de agua (actualmente a la izquierda del sitio), de unos 25 metros de altura, no se encontraba en el pasado donde se halla en la actualidad. Entre algunos bloques de la pared rocosa de la cascada, hay una suerte de argamasa a prueba de agua en grandes cantidades, y muchos de los bloques de la estructura presentan una forma muy regular que nada tiene de natural, y que Duverneuil argumenta, podrían estar sellando un escondite. Uno de los bloques parece incluso haber sido sometido a una explosión, tal vez provocada por algún expoliador en el pasado, y cuentan los locales, que una gran cantidad de murciélagos escaparon del interior después de la explosión. Si se demostrara que el sitio fue hecho por el hombre, sería muy factible que una cueva esté localizada detrás del muro, y posteriormente sellada por los incas, u otro grupo. De hecho, se ha podido documentar una abertura que estaba oculta detrás de la espesa vegetación, que podría ser una cavidad, y se desprende de estas observaciones, la pregunta sobre qué podrían haber querido ocultar en ella, ya que parece estar sellada. Por otra parte, en algunas áreas bajo la primera alineación de rocas, parece haber otra. En el tramo medio de la caída de agua, hay una pequeña plataforma desde donde se pueden ver los límites del sitio a la izquierda, donde el agua ha erosionado las rocas en el pasado, antes de ser reconducida la caída, para, presuntamente, ocultar algo. Aunque es evidente que no se trata de una pirámide, ya que sólo se ha encontrado un muro, el hallazgo de éste, y el resto de evidencias comentadas (bloques fabricados por el hombre, argamasa entre algunos de ellos y reorientación del cauce de la cascada de agua), indican que el lugar podría ser el famoso recóndito lugar elegido por el general indígena Rumiñahui para esconder el tesoro de Atahualpa, y luego referido por el soldado Valverde en su lecho de muerte. Futuras investigaciones que ya se están organizando, podrán o no confirmarlo.
Bibliografía:
Byron Uztategui. “Los Langanates y la tumba de Atahualpa”
Andrade Reimers. “Hacia la verdadera Historia de Atahualpa”
Ersrine Loch. “Fever, famine and gold”
Waldemar Espinoza Soriano. “La destrucción del imperio de los Incas”
Richard Spruce. “Notes of a Botanist on the Amazon and Andes”
Jorge Anhalzer. “Llanganati”

3 comentarios:

  1. Alex - Un lindo articulo. Gracias. Estaba alli con dos amigos este Sabado 19 de Abril. Ya 2nda vez para mi como no es muy lejos de una finca mia. Me gusto la nueva secion de doble-piedras, una novedad que no he visto antes. Bueno- Gracias su articulo.

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    1. Hola Wolframs, qué gusto que me leas desde el lugar en cuestión, en Ecuador, y qué privilegio para ti tener este hermoso lugar tan cerca y poder disfrutarlo. Un saludo.

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  2. .. ya pues, cuando damos una vuelta por ahí (como si no supiera lo inaccesible del lugar) pero hay que ir .. otro irán y quien sabe, capáz y tenemos mejor suerte que los anteriores ..

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