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Lineal A |
¿Por qué surgen las escrituras?, ¿cuáles fueron sus
orígenes?, ¿cuáles fueron las primeras conocidas en surgir? Daremos un repaso
por los primeros alfabetos alrededor del mundo conocidos, y los que aún quedan
por descifrar. Hablaremos del estudio sobre palabras de
15.000 años de antigüedad en familias lingüísticas actuales que no parecían estar
relacionadas, lo que podría arrojar luz sobre un posible origen común de esas
lenguas actuales y por tanto de las escrituras. Palabras de la Edad de Piedra
que aún utilizamos, y que podrían ser la clave a algunos de los grandes
enigmas lingüísticos de hoy en día.
La aparición de la escritura responde a una necesidad
del Hombre de transmitir conocimientos, fijar las tradiciones de los pueblos
antiguos, y comunicarse entre sí. Pero su surgimiento no fue una explosión,
sino un largo proceso, que tal vez comenzó con los primeros símbolos dejados en las rocas,
fragmentos de piel, madera o hueso, durante el Paleolítico, y que poco a poco
se fueron convirtiendo en pictogramas e ideogramas, ideas y conceptos con un
significado establecido, y que comenzaron a aparecer de forma recurrente. Desde
hace decenas de miles de años aparecen estos símbolos que se repiten una y otra
vez, en espacios geográficos y temporales muy distantes. Espirales, cruces,
escaleras, ángulos, círculos, semicírculos, manos en negativo y positivo,
líneas serpenteantes, zigzags… Todos los símbolos, sea cual fuere su origen y
el por qué de su recurrencia, responden a la misma necesidad: perpetuar la
memoria de los antepasados, transmitir esos conocimientos, y comunicarse entre
sí, a través de símbolos en el arte paleolítico, que dieron lugar a signos
recurrentes en las primeras escrituras, y a palabras similares en los alfabetos
modernos… Incluso unas 700 lenguas que hablamos hoy en día en Europa y Asia, de
7 familias lingüísticas que antes creíamos completamente independientes,
parecen, según nuevos estudios, estar relacionadas entre sí, tener un origen
común (gracias al descubrimiento de la pervivencia de algunas palabras de hace
15.000 años), de una lengua a la que se le ha llamado protoeuroasiático. ¿Nos
ayudarán estos estudios a descifrar las docenas de alfabetos antiguos que aún
nos quedan por descifrar?
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Lineal A |
Pero estos símbolos paleolíticos ¿serían antecesores
de la escritura? Todavía no tenemos una respuesta cierta a este problema, pero
lo que sí parece muy posible, es que sean el paso previo de la escritura. Es
muy probable que estos símbolos, primeros intentos de comunicación, hayan
derivado y evolucionado hacia los alfabetos. Y los más antiguos, al igual que
los símbolos del arte paleolítico, comparten infinidad de signos. El Vinca (de
parte de la actual Europa del Este, 4000 a.C.), el de la cultura Banpo (de
China, 4700 a.C.), el de la cultura macedónica (de Grecia y Anatolia, hasta
7000 a.C.), el sumerio (escritura cuneiforme de Sumeria, sur de Mesopotamia, IV
milenio a.C.) y los proto-griegos (hasta 5250 a.C.), son los alfabetos considerados
más antiguos. Todos, presentan signos que se repiten. Pero el problema para su
desciframiento, es que la mayoría corresponden a lenguas desaparecidas, y en
estos casos, sin conocer el valor sonoro e ideográfico de los signos, sólo la
existencia de textos bilingües o trilingües, como en el conocido caso de la
piedra de la Rosetta, podría abrir una puerta a su estudio. ¿Tendrán estos
alfabetos un origen común? ¿Serán producto pues, de migraciones e intercambios?
¿O se deberá, tal vez, a una estructura cerebral cognitiva universal,
relacionada con la ingesta de sustancias psicoactivas, como podría ser el caso
de los símbolos paleolíticos? Tal vez si pudiéramos descifrar algunos de los
que aún no comprendemos, podríamos responder a algunas de estas preguntas.
Veamos unos cuantos de ellos.
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Tablilla de Dispilio. Vinca |
1. Alfabetos
en Europa: escritura Vinca, Lineal A, el disco de Festos, los signos de Huelva,
las estelas tartésicas, la inscripción de Sitovo, Glozel, Alvão y el manuscrito Voynich
Escritura
Vinca (Rumania y Serbia). También llamada escritura europea
antigua, es un sistema de símbolos inscritos en artefactos prehistóricos
que datan del período neolítico, encontrados por Zsófia Torma en el sureste de
Europa, actual Rumania (Tordos, 1875) y Serbia (Vinca, 1908). Más tarde, siguieron
apareciendo objetos con signos similares en otras partes de Europa, como
Grecia, Bulgaria, Macedonia, Hungría, Moldova, Ucarania y Yugoslavia. Algunos
expertos opinan que los símbolos podrían representar mensajes, pero sin formar
una escritura propiamente dicha. El debate es muy relevante, pues algunas
vasijas encontradas con este lenguaje pertenecen a la cultura Vinca, que vivió
en la zona entre el 6000 y 4000 a.C., que situaría esta escritura casi 1000
años antes al considerado de momento primer registro de lengua escrita, la
sumeria.
Lineal A
(Grecia). En 1893, el arqueólogo británico Sir Arthur Evans compró unas rocas
antiguas con misteriosas inscripciones en un mercadillo de Atenas. En un viaje
posterior (1900), en las excavaciones que se llevaban a cabo en Cnosos, en la
isla de Creta, el arqueólogo reconoció uno de los símbolos de su reciente
adquisición y comenzó el estudio de la escritura grabada en tablillas
descubiertas en varios sitios de la isla. Evans halló dos sistemas diferentes,
a los cuales llamó Lineal A y Lineal B respectivamente. Mientras que el Lineal
B fue descifrado a principios de los 50 (resultó ser la representación de una
temprana forma del griego), el Lineal A aún no ha podido ser descifrado.
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Signos de la escritura Vinca |
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Disco de Festos |
Disco de Festos (Creta, Grecia). Hallado en una excavación
arqueológica en Creta, en 1908, es un disco de arcilla cocida de unos 20 cm de
diámetro, con inscripciones desconocidas (realizadas por presión con sellos en
la arcilla blanda) y aún no descifradas, por las dos caras, y datación incierta
que oscila entre 1500 y 1700 a.C. La función del disco es desconocida, pero
podría tratarse de un calendario astronómico, una carta de navegación, un juego
de mesa, o un objeto mágico-religioso. Los signos son diferentes a los de
cualquier otra escritura conocida. Las excavaciones en Creta también revelaron un
tercer sistema de escritura, con símbolos que lucían más como imágenes que como
aquellos de los escritos lineales. Algunos de estos símbolos son similares a
los elementos de Lineal A. Se asume que esta escritura “jeroglífica” se
desarrolló hasta llegar a Lineal A, y que ambos sistemas convivieron en el
mismo periodo de tiempo. A pesar de su nombre, no se trata precisamente de un
sistema de escritura pictórico, sino que, juzgando por el número de símbolos
que conocemos (unos cien), es un silabario. Sin embargo, es tan poco el
material que se conserva y su contenido es tan breve y recurrente que es
prácticamente imposible descifrarlo de momento. Se desconoce, por tanto, la
lengua que se esconde detrás de esta escritura.
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Pulidor de Huelva con signos |
Piezas con signos en Huelva (España). En el
Museo Arqueológico de Huelva llaman la atención algunos objetos expuestos: un
útil redondeado (probable pulidor de puntas de flecha) y una especie de
navecilla, ambos expuestos en la vitrina correspondiente a la época megalítica
española, que suele datarse en los milenios V-IV- a. C (5000-4000a.C., o más
tarde, según las teorías). Lo que hace excepcionales dichos objetos, es que en
ellos se observan signos de dos escrituras diferentes. Sin embargo, la
cronología de éstos, según su contexto arqueológico no violado, dada por sus
descubridores, los arqueólogos Carlos Cerdán y el matrimonio alemán Leisner, es
de los milenios IV-III a.C., lo que haría imposible afirmar que presentan
signos de escritura, ya que la más antigua conocida en la Península Ibérica es
la fenicia.
Signos de las estelas tartésicas (España y Portugal). Cualquier
hipótesis que se plantee sobre estos monumentos entraña una gran dificultad
debido a la falta de datos bien elaborados acerca del contexto económico,
social y político de los tartesios. El sistema de escritura tartésico o
turdetano es consonántico y fue usado aproximadamente desde el 700 al 200 a.C.
El sentido de la lectura es de derecha a izquierda. Algunas de las estelas más
conocidas son la inscripción de Espanca (contiene dos alfabetos tartésicos de
27 signos cada uno, escritos uno encima del otro), la estela de Almoroquí (la
inscripción más breve en escritura tartésica, pues consta de solamente 13
letras divididas en dos palabras) y varias de la zona del Algarve portugués,
que ha sido especialmente rica en yacimientos epigráficos tartésicos. Sobre el
origen del sistema de escritura tartésico se ha especulado mucho y se han
propuesto diversas procedencias: los silabarios lineales de Creta y Chipre, por
un lado, y la influencia fenicia, por otro.
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Estela tartésica de Logrosan |
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Estela tartésica de Herdade |
Inscripción de Sitovo (Bulgaria). En
1928 un grupo de leñadores encontró unas marcas talladas en la pared de una
cueva cerca de la localidad de Plovdiv, Bulgaria. Al principio
pensaron que las marcas podrían indicar la presencia de un tesoro escondido,
pero no encontraron nada en el lugar. Pronto este hecho llegó a oídos de
arqueólogos locales, quienes organizaron una expedición para echar un vistazo
al singular hallazgo, dirigidos por Alexander Peev. El servicio de inteligencia
búlgaro siguió de cerca la aventura de los arqueólogos, ejecutando al líder,
acusándole de agente secreto soviético. Una de las evidencias utilizadas en su
contra, fue un extraño mensaje codificado que había enviado a Kiev (de hecho,
una copia de la inscripción hallada en la cueva y enviada a sus colegas
soviéticos para analizarla). La inscripción de Sitovo consiste en dos líneas
de 3,4 metros de largo, conteniendo signos de 40 centímetros,
datados en el 1200 a.C. No está claro qué lenguaje representa, pero el tracio,
el celta, el macedonio, el frigio, y el eslavo, son algunas de las posibilidades
que los expertos han considerado. Los más escépticos sugieren que solo se trata
de una caprichosa formación rocosa.
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Signos de Glozel |
Glozel y Alvão (Francia y Portugal). Entre 1895 y 1903 fueron
encontrados en Alvão, junto a un dolmen, una serie de piedras esculpidas con
formas antropomorfas y zoomorfas, y grabadas con signos parecidos o idénticos a
los de Glozel (1924-1941, Vichy, Francia), las cuales fueron datadas (en los
años ‘70) con análisis radiocarbónicos y de termoluminiscencia que remontan el
hallazgo a 17.000 años. La antigüedad de las piedras de Alvão, emanada de
analítica realizada a partir de 1927 (por el interés despertado después de los
hallazgos de Glozel), parecía ser de al menos 4.000 años. Sus signos fueron
inicialmente identificados como iberos-tartésicos, pues comparten 22 signos
idénticos, y 14 de ellos se encuentran también en los hallazgos de Glozel. Las
piezas pueden ser auténticas en su mayoría, pero las dataciones son muy
dudosas, realizadas en su mayoría muy posteriormente a los hallazgos (en ambos
casos), por lo que las piezas ya estaban muy manipuladas y contaminadas. De no
serlo, estaríamos ante la evidencia de que no es el fenicio la lengua madre
sino el ibero-tartésico (Platón -sobre los atlantes- dice que ya conocían la
escritura y Herodoto -sobre los turdetanos- que conservaban textos escritos de
hace 6.000 años). Las piezas de Glozel se encuentran en el Museo Glozel (L’Âllier,
cerca de Vichy). Fueron hallazgos importantes, pero de una época en que los
métodos y las técnicas no eran tan fiables como actualmente, lo que los
situaría como dudosos, al menos en cuanto a cronología se refiere.
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Manuscrito Voynich |
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Manuscrito Voynich |
Manuscrito Voynich
(Italia). Ha confundido y fascinado a partes
iguales a los investigadores desde que el vendedor de libros Wilfred Voynich lo
encontró en un monasterio italiano en 1912. Es un libro ilustrado con ninfas desnudas, plantas
inidentificables, y diagramas astrológicos, escrito por un autor desconocido, en un alfabeto
no identificado y un idioma incomprensible, datado
entre 1404 y 1438 según análisis radiocarbónicos. Ninguno de los
criptógrafos profesionales ni aficionados que han abordado su estudio, han
conseguido descifrar una sola palabra. Cumple la ley Zipf, según la cual, en
todas las lenguas conocidas la longitud de las palabras es inversamente
proporcional a su frecuencia de aparición -más veces, más corta-, siendo el uso
de la lengua lo que determina la ley. Pero es prácticamente imposible que hace
500 años la ley fuese conocida, ya que fue enunciada varios siglos más tarde. Por lo tanto, aunque este patrón es similar a otros de
lenguas conocidas, varios estudios recientes sugerían que el libro era un claro fraude del siglo XV, muy
elaborado y diseñado para timar a los coleccionistas de libros del
Renacimiento. Recientemente dos físicos de la Universidad
de Manchester sometieron el manuscrito a un sistema de análisis sobre la entropía de sus palabras. El estudio sugiere
que el texto comparte características con lenguas auténticas, pudiendo contener
incluso mensajes codificados.
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Detalle de sello del valle del Indo |
2. Alfabetos de Asia: tablillas del valle del Indo, el protoelamita y la
piedra de Singapur
Valle del Indo (Pakistán). Son tablillas
y sellos de piedra, barro, cobre, bronce, o hueso, encontrados principalmente
en los yacimientos de Harappa y Mohenjo-Daro, que presentan breves secuencias
de signos (llamados técnicamente alógrafos) vinculados a la cultura del valle
del Indo (que se desarrolló entre el III y II milenio a.C.), y ha sido
imposible descifrar su significado a pesar haberse encontrado más de 4000
objetos con inscripciones en esta lengua. Junto a los símbolos, aparecen
representaciones de animales (cebúes, búfalos, rinocerontes), tigres,
elefantes) y criaturas fantásticas (unicornios, seres tricéfalos). Es curioso
que no aparezcan animales muy típicos del escenario campestre de la zona. Existen
algunos expertos que incluso dudan que sea un sistema de escritura, como por
otro lado probablemente pase con todos hasta que se consigan descifrar.
Protoelamita (Irán). El protoelamita fue un idioma
escrito que se utilizó en lo que hoy es Irán, desde el año 3200 hasta el 3000
a.C. aproximadamente, estando en vigor durante solo 200 años. Se han catalogado cerca de 1000 símbolos, por lo que se
piensa que el sistema de escritura estaría (al menos en parte) basado en
logogramas, siendo el idioma que se transcribía desconocido. Eruditos de la Universidad de
Oxford dirigidos por Jacob Dahl, recientemente han solicitado ayuda al público
para descifrar lo que sería el lenguaje escrito más antiguo, mostrando en
imágenes tablillas de arcilla cubiertas de símbolos protoelamitas. Una de las
razones por las cuales estas tablillas han sido tan difíciles de decodificar es
que están llenas de errores, haciendo difícil la tarea de encontrar patrones.
Los estudiosos esperan que a través de la colaboración abierta de la gente se
puedan hallar algunas pistas. Algunos rasgos de este sistema ya han sido desentrañados, pero entre el 80
y el 90 por ciento de los signos sigue sin ser descifrado.
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Inscripciones de Wadi el-Hol |
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Signos del valle del Indo |
Piedra de Singapur (Singapur).
En 1819, unos trabajadores descubrieron una gran losa de
arenisca en el río Singapur, mientras despejaban de árboles la jungla. Pudo ser
estudiada brevemente, antes de que fuera volada con explosivos con el objetivo
de hacer espacio para una fortaleza de protección a un asentamiento británico
cercano. Los fragmentos que no terminaron en el fondo del río, se utilizaron
para pavimento de una carretera, mientras que otros pocos fueron rescatados. A
pesar de numerosos intentos, la escritura de la losa aún no ha sido descifrada,
y se ha sugerido que el lenguaje representado podría ser tamil, kawi, antiguo
javanés o sánscrito. La losa podría estar relacionada con una leyenda del siglo
XIV que cuenta que un hombre fuerte llamado “Badang” arrojó una gran piedra a
la boca del río Singapur, y su muerte, el rajá envió dos pilares para
ser colocados sobre su lápida. La piedra (lo que quedó de ella), es actualmente
exhibida en el Museo Nacional de Singapur.
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Signos de Glozel |
3. Alfabetos de África: los graffitis de Wadi el-Hol
Graffitis de Wadi el-Hol. Hasta el descubrimiento
de dos inscripciones (graffiti) en Wadi el-Hol, Egipto, en 1999, se sostenía
que los comienzos de las escrituras alfabéticas podían ser rastreadas hasta
alrededor del 1600 a 1500 a.C. con los fenicios. Sin embargo, este descubrimiento
revela que, anteriormente al alfabeto semítico que se desarrolló en
Siria-Palestina, fue desarrollado por un pueblo de lengua semita que vivía
entonces en Egipto, lo que reforzaría la hipótesis de que debieron haber sido
las secuencias de signos de Egipto las que influyeron en los alfabetos semíticos
tempranos o proto-sinaíticos. El hallazgo de estas inscripciones en territorio
egipcio, estudiadas por John Darnell (Universidad de Yale), aunque siguen siendo
más semíticas que egipcias, y aunque probablemente hayan sido grabadas por mercaderes
no egipcios, ha reavivado el interés por saber si los pueblos de palestina
habrían inspirado su alfabeto en jeroglíficos egipcios y escrituras de
Mesopotamia. Pero aún no ha podido ser descifrado.
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Bloque de piedra Olmeca |
4. Alfabetos de América: los signos olmecas y la piedra de Sacsayhuamán
Escritura Olmeca (México). En 1999, el sistema de
escritura de esta cultura olmeca fue revelado cuando constructores de una
carretera desenterraron fortuitamente un bloque de piedra (36 cm de largo, por
21 de ancho y 13 de grosor) con inscripciones, llamado bloque de Cascajal. La
tabla muestra 62 símbolos, algunos representando elementos de la naturaleza
como vegetales, peces o insectos, y otros elementos abstractos. La repetición
cuatro veces de algunos de ellos (frecuencia y secuencialidad), indicaría que
se trata de un tipo de escritura con presencia de sintaxis. Se ha datado en el
900 a.C. (lo que la haría la evidencia escrita más antigua de América), y todos
sus lados son convexos, excepto la parte de la escritura que es cóncava,
sugiriendo que pudo haber sido tallado o pulido y escrito nuevamente. Pero el
fragmento es corto, y sin otras evidencias es muy poco probable que pueda ser
descifrado.
Piedra de Sacsayhuamán (Perú).
En Sacsayhuamán aparece expuesta una pidra caliza grabada
con signos geométricos que nadie sabe decir exactamente a qué cultura pertenece
o de qué época se trata.
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Tablilla rongorongo "La Hendida" |
5. Alfabetos de Polinesia: las
tablillas rongorongo
Rongorongo (Isla de Pascua). Cuando los misioneros llegaron a la Isla de Pascua en los 60, se
encontraron con unas extrañas tablillas de madera con símbolos grabados en
ellas. Al preguntarle a los nativos rapanui lo que significaban las
inscripciones, éstos respondieron que nadie lo sabía, ya que los esclavistas
provenientes del Perú se habían llevado de la isla a todos los hombres sabios. La
escritura rongorongo alterna direcciones; se lee una línea de izquierda a
derecha, y luego se voltea la tablilla 180 grados para leer la siguiente línea.
A este sistema se le llama bustrófedon. Parece que es la única escritura
estructurada de Oceanía, aunque falta todavía un desciframiento fiable
para comprobarlo. Los símbolos o ideogramas vienen tallados a lo largo de ranuras
hechas con antelación al grabado en los artefactos de madera, y son de una
altura media entre 9 y 14 mm. Parecen representar seres antropomorfos y
zoomorfos en diversas posturas, otras criaturas de fantasía que se asemejan a
las aves, a las plantas y a otros animales terrestres y acuáticos, objetos
celestes, así como también objetos geométricos y pequeños anzuelos, entre
otros.
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Tablilla rongorongo "Aruku Kurenga" |
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Signos de Glozel |
¿Palabras de
15.000 años de antigüedad en familias lingüísticas actuales no relacionadas?
Hasta ahora se creía que la permanencia de palabras
antiguas no sobrepasaba los 9.000 años. Sin embargo, nuevos estudios
lingüísticos, identifican en nuestros idiomas actuales, palabras de 15.000 años
de antigüedad. Mark Pagel, profesor de biología de la Universidad de Reading
(Reino Unido), ha realizado estudios lingüísticos que doblan la permanencia de
palabras antiguas en nuestros idiomas contemporáneos. Tradicionalmente se ha
considerado que las palabras no podían permanecer en una lengua más de 8.000 o
9.000 años. La razón esgrimida, era que la evolución y los préstamos de otras
lenguas llevaban a las palabras antiguas a la extinción. Sin embargo, el nuevo
estudio dirigido por Pagel, sugiere que eso no es una regla inamovible, ya que
algunas palabras podrían haber pervivido más de 15.000 años en idiomas
pertenecientes a distintas familias lingüísticas, que hasta ahora no parecían
estar relacionadas. Es bien conocido, que palabras de la misma familia
lingüística, como el Indo-Europeo (“father”, “padre”, “pere”, “pater” y “pitar”,
en inglés, italiano/español, francés, latín y sánscrito respectivamente),
presentan grandes similitudes. Pero el estudio de Pagel, presenta una lista de nombres, verbos, adjetivos y adverbios, que han
sobrevivido, relativamente poco alteradas, durante 15.000 años, en familias
lingüísticas muy alejadas entre sí. Además, según los investigadores,
las que se reemplazan con menos frecuencia (una vez cada 10.000 años o más),
son las utilizadas más de una vez entre mil en el lenguaje cotidiano. Entre ellas se encuentran vocablos muy comunes como:
“madre”, “mano”, “ladrido”, “no”, “qué”, “oír”, “dar”, “yo”, “nosotros”,
“vosotros” y “hombre”, pero también algunas
sorpresas, como “fluir”, “ceniza” y “escupir”. Palabras, que han
permanecido casi con el mismo sentido y sonoridad que tenían entonces. Para
demostrarlo, han registrado algunas de estas palabras, en diversos grupos
lingüísticos.
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Disco de Festos |
La presencia en idiomas modernos de estas palabras tan
antiguas parece indicar que unas 700 lenguas contemporáneas compartirían
orígenes. Estos idiomas no solamente son hablados por más de la mitad de los
habitantes del planeta, sino que pertenecen a siete familias lingüísticas
totalmente diferentes, como la indoeuropea (a la que pertenece el español), la
altaica (en la que se encuentra el turco) o la dravídica (con presencia en el
sur de la India). Es la primera vez que los lingüistas logran trazar, para lenguas
tan dispares, un origen común, que han acordado llamar protoeuroasiático,
lengua, de la que por supuesto, nunca se ha escuchado ni una palabra, y además,
no está escrita. Pero según el investigador británico, esta lengua ancestral
fue hablada alguna vez alrededor de las hogueras por nuestros antepasados. Las investigaciones precedentes de Mark Pagel demostraron la evolución de
7.000 lenguas actualmente habladas en el mundo y revelaron cómo y por qué se
utiliza una lengua, así como el porqué de la desaparición de algunas palabras. Sin embargo, aún quedaría algún “eslabón
perdido”, ya que en total, el "proto-eurasiático" habría dado a luz
“sólo” a siete familias lingüísticas, con lo que algunas de las familias
lingüísticas importantes del mundo no estarían incluidas en ese linaje, como la
que incluye al chino y el tibetano, varias familias de lenguas africanas, y las
de los indios americanos y los aborígenes australianos. Palabras de la Edad de Piedra, que aún, utilizamos, y que
podrían ser la clave a algunos de los grandes enigmas lingüísticos de
hoy en día.
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Piedra de Sacsayhuamán |
El desciframiento de antiguas escrituras.
Al descifrar una escritura antigua, resucitamos el pasado. La historia de
ciertos pueblos, como los etruscos, los olmecas o el pueblo del valle del Indo,
como hemos visto, siguen en tinieblas porque no se ha encontrado la clave para
entender y comprender su escritura. La escritura es una de la grandes
conquistas de la humanidad, y los textos más antiguos que han llegado hasta
nosotros constituyen el punto de partida de los tiempos históricos. El hombre
de las cavernas sabía dibujar, copiar la naturaleza. Nos ha dejado en sus
grutas numerosos testimonios de ello. Pero no sabía escribir, es decir,
representar el lenguaje por medio de signos. Y, por tanto, no conocemos sus
creencias, su modo de pensar. La primera forma de escritura fue pictográfica.
La escritura ideográfica, en la que cada signo expresa una idea, está
muy próxima a la anterior, hasta el punto de que no se suele hacer distinción
entre ellas. La escritura pictográfica no es -al menos en un principio- difícil
de interpretar, sobre todo cuando los signos se parecen a los objetos
designados: un barco, un sol, una espiga, un pez... Pero tiene un grave
inconveniente: ¿como traducir, con un número de signos forzosamente limitado,
la infinita variedad del pensamiento? ¿Como representar las nociones puramente
abstractas? La escritura china es ideográfica; pues bien, antes de su reciente
simplificación contaba con 50.000 signos o ideogramas, que era preciso
conocer para poder escribir correctamente. Tenía tantos ideogramas como
palabras tiene el español.
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Detalle de tablilla rongorongo |
Pero, muy pronto, los escribas sumerios empiezan a registrar no sólo cosas
o ideas, sino también sonidos. Combinando signos forman palabras. Fue un avance
decisivo: apareció la escritura fonética. Parece ser que la
necesidad de escribir más aprisa condujo a los escribas sumerios a adoptar los
signos cuneiformes (es decir en forma de cuñas). Se imprimían, con una caña
cortada a bisel, en tabletas de arcilla cruda que luego se cocían. La escritura
cuneiforme es más esquemática que la escritura ideográfica primitiva. A partir
del III milenio a.C., la escritura sumeria se extenderá entre diversos pueblos
mesopotámicos (acadios, babilonios, asirios), pero siempre conservará su doble
carácter pictográfico y fonético, según los contextos. También la
escritura de los antiguos egipcios tendrá este doble carácter. Apareció poco
después que la sumeria, hace unos 5.000 años. Sus signos se llaman jeroglíficos
(de las palabras griegas hieros, "sagrados" y glyphein,
"grabar") y eran considerados por los egipcios como la palabra misma
de los dioses. Los jeroglíficos egipcios tienen un aspecto muy decorativo y son
más evocadores que los caracteres chinos o los signos cuneiformes sumerios. Sin
embargo, al poder representar tanto una idea como un sonido, son muy difíciles
de interpretar: ello explica que se tardase tanto tiempo en descubrir la clave
de la escritura egipcia. Hace más de 3.000 años, los fenicios, un pueblo de
marineros y comerciantes que vivían en lo que hoy es Siria y Líbano, tenían ya
un alfabeto. Constaba de sólo 22 signos consonánticos, con lo que la escritura
se simplificaba enormemente. Eran signos de valor puramente fonéticos.
Permitían escribir ya cualquier palabra. Los fenicios difundieron el
alfabeto por todo el Mediterráneo, y lo adoptaron muchos pueblos. Por ejemplo,
los griegos, que le añadieron los signos vocálicos. Los etruscos lo legaron,
modificado a los romanos, y estos lo propagaron entre los pueblos de su
imperio. Tras una larga evolución, el alfabeto latino ha llegado hasta
nosotros; el alfabeto griego dio origen al cirílico, utilizado aún hoy por los
eslavos, entre ellos los rusos.
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Signos de Sitovo |
Hasta la invención de la imprenta por Gutemberg, hacia 1450, la mayoría de
las personas eran analfabetas. Los llamados escribas o copistas copiaban una y
otra vez los textos, cuya difusión era necesariamente limitada. Se entregaban a
su tarea con minuciosidad; la caligrafía era un auténtico arte. Para darse
cuenta de ello, basta con observar muestras de escritura tan diferentes como la
de los antiguos egipcios o la que aparece en los códices miniados de la Europa
medieval, los textos árabes o los japoneses. Algunos son autenticas obras de
arte. Cuando la letra impresa empezó a difundirse, la instrucción hizo
considerables progresos; hoy, al menos en Occidente, es difícil encontrar un
analfabeto. Sin embargo, nuevos modos de fijar el lenguaje están compitiendo ya
con la escritura como son las nuevas tecnologías (tablets, móviles, smartphons,
etc,). Y muchas personas prefieren ver la televisión a leer un libro, llamar
por teléfono a escribir una carta. Paradójicamente, tendemos a volver a la
civilización de la imagen y el sonido, que era -por necesidad- la de nuestros
antepasados.
Bibliografía general
Cotterell, A. Los orígenes de la civilización europea. Crítica,
Barcelona, 1986
Gelb, I. J. Historia de la escritura. Alianza Universidad, Madrid,
1976
Gimbutas, M. The Language of the Goddess. San Francisco, 1989
Marshack, A. The roots of civilization: the cognitive beginnings of
man's first art, symbol and notation. New York 1972, seg. ed. revisada 1992
Merlini, M. La scrittura è nata in Europa? Prehistory Knowledge Project.
Avverbi edizioni, Roma,
2004
Vázquez Hoys, A.M. ¿Dónde, cómo y cuando surgió la escritura?, Revista
Historia 16, Madrid, en prensa
Lecturas complementarias:
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